Producción en radio – Tres etapas
Cuando nos referimos a la producción en radio estamos entrando en el trabajo que debe desarrollar el equipo de producción, entendiendo por este a aquellas personas que idean, arman, definen y ponen al aire un programa de radio.
A la producción podemos dividirla en tres grandes etapas, siendo la producción propiamente dicha la que corresponde al momento de la puesta en el aire. El momento en el que con todos los recursos que se disponen, el equipo de producción “hace magia”.
Pero antes de llegar a la etapa de producción hay una que es tan importante como ésta y es tal vez la que más tiempo de trabajo y dedicación lleva: La pre-producción.
Pre-producción
Ya sea que el programa esté en el aire hace tiempo o que todavía se encuentre en una fase de desarrollo próximo a salir al aire, un equipo de producción nunca debe olvidar ciertas características que guiarán en el armado del programa.
Lo primero que se debe plantear es ¿qué tipo de programa queremos desarrollar? Y con esta pregunta se abre el camino a descubrir el género o marco que le daremos al programa si el mismo todavía no está al aire.
Tenemos un abanico de posibilidades que van desde los programas generalistas como magazine, de entretenimientos, musicales, periodísticos informativos, de opinión, hasta programas temáticos como deportivos, culturales, de investigación, dramáticos, etc.
Para los programas que ya están al aire y tienen definido su género, es importante rescatar en cada pre-producción esta pregunta para así orientar el enfoque que se le dará al programa de ese día en particular.
Lo mismo ocurre con otras preguntas que son siempre importantes para plantear los primeros pasos de la pre-producción:
¿Por qué radio va a ser o es transmitido y en qué horario? Y con esta pregunta estamos observando el marco radial que acompaña a nuestro programa: La orientación ideológica de la emisora, los programas que integran la grilla (en especial los que anteceden y los que suceden a nuestro programa), el estilo general de la radio, el tipo de anunciantes que predomina en la emisora y por último, el tipo de oyente que tiene la radio.
De este último apartado se desprende otra pregunta importante: ¿A qué público va dirigido nuestro programa?
Cuando planteamos un tipo de público al que va dirigido nuestro programa dejamos de lado los datos estadísticos o las clasificaciones tipo C1 o personas de determinada edad con tal o cual característica y nos concentramos en una persona en particular.
Para definir un tipo de público radiofónico es aconsejable personificar a ese público. Es decir, mi programa va dirigido a mi tío Pedro y con él a todas las personas que comparten las características de él (rango de edad, gustos, preferencias musicales o culturales, nivel socio económico, etc.) entonces cuando el equipo de producción arma el programa y cuando el conductor se dirige al oyente, lo hace con la imagen del tío Pedro enfrente.
Luego de definir esto, nos quedan algunas preguntas internas como por ejemplo ¿Quién va a ser el conductor y el resto del equipo que va a salir al aire? ¿Con qué recursos cuenta el programa? En estos puntos es recomendable hacer un análisis exhaustivo de las características, cualidades, virtudes, defectos de cada integrante del equipo para maximizar la calidad del programa.
También hay que evaluar el resto de los recursos que se tienen a disposición: materiales, económicos, tiempo, agenda, accesos, etc.
Una vez establecido el perfil del programa y demás detalles anteriormente mencionados, el siguiente paso en la etapa de pre-producción es la de establecer la distribución de roles de cada integrante del equipo. Básicamente se trata de coordinar cuál es la función específica y cuál es la responsabilidad de cada integrante para el armado del programa. Por ejemplo, alguno se encargará de investigar sobre un tema a tratar, otro de coordinar las entrevistas que se van a hacer en vivo, otro de seleccionar la música apropiada para cada momento del programa, otro de tener en buenas condiciones y chequeados todos los archivos de audio que van a ser utilizados en el programa, otro de reescribir los textos en formato radial, otro armará el guión final, etc.
En este momento seguramente surge la pregunta ¿Pero cuántas personas se necesitan para armar un programa de radio? Ciertamente no hay un mínimo ni un máximo establecido. Hay producciones que cuentan con quince personas y producciones que cuentan solo con una. En este apunte mencionamos roles, responsabilidades o tareas dentro de un equipo. Cuántas personas reales son las que realicen esas tareas quedará supeditado a las posibilidades de cada producción.
Bien, una vez distribuidos los roles, a alguna persona le tocará abordar la investigación sobre el tema a desarrollar y es fundamental chequear que las fuentes que nos nutren de información sean fidedignas. Si bien hoy el recurso más común para buscar información es internet, no hay que olvidar bibliotecas y libros que suelen tener cierto tipo de información que no encontramos en la web.
Otro recurso que suministra información valiosa a los programas de radio es la expresión oral de protagonistas o especialistas. Por este motivo, una de las herramientas fundamentales de un productor es la agenda y su capacidad mental para recurrir a la persona indicada en el momento indicado.
Teniendo en las manos todo el material recolectado, el equipo de producción se dispone a elaborar el ordenamiento y clasificación de los datos, armar el guión o pauta radiofónico teniendo como premisa la claridad de exposición, de conceptos y la coherencia en todo el discurso radiofónico. Es decir que tenga una introducción, un desarrollo y un desenlace.
Paralelo a este desarrollo, el equipo de producción (o aquellos que hayan sido designados) deberán encargarse de todo el material sonoro que acompañará a la producción.
La música característica del programa, la ocasional, los efectos de sonido, los archivos de audio como notas, entrevistas, artísticas, etc. deben estar enumerados y ordenados al momento de entregárselos al operador.
EJ:
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